La reapropiación social del común

20 05 2012

La fase actual está caracterizada por la crisis de toda la izquierda que no tiene voluntad constituyente. Vivimos en un periodo de lucha contra la crisis económica y política del capitalismo. Lucha que muestra de una forma cada vez más amplia un espíritu revolucionario. El movimiento insurreccional en los países árabes como en los países europeos se rebela contra la dictadura política de las élites corruptas o contra la dictadura político-económica de nuestras democracias de postal.  No queremos confundir las una con las otras, pero es seguro que hay aquí ya un deseo de democracia radical que traza un “común de lucha” a partir de diversos frentes. La lucha hoy se presenta de distintas formas pero está unificada en el hecho de que siempre recompone la población contra la nueva miseria y la antigua corrupción. Son luchas que se desplazan desde la indignación moral y las revueltas de la multitud hacia la organización de una resistencia permanente y la expresión de potencia constituyente; que no atacan simplemente la constitución liberal y la estructura reaccionaria de los gobiernos y los estados sino que elaboran también propuestas positivas como la renta básica, la ciudadanía global, la reapropiación social del común. En muchos aspectos la experiencia de América Latica en el último decenio del siglo XX puede ser considerada como preámbulo de estos objetivos, también para los países centrales del capitalismo más desarrollado.

¿Puede la izquierda ir más allá de la modernidad? Pero, ¿qué significa ir más allá de la modernidad? La modernidad ha sido el estado de acumulación capitalista bajo el signo de la soberanía del Estado-nación. La izquierda ha sido a menudo dependiente de este desarrollo y, por esta razón su actividad ha sido corporativa y corrupta. También ha habido, sin embargo, una izquierda que se ha movido dentro y contra el desarrollo capitalista, dentro y contra la soberanía, dentro y contra la modernidad. Nos interesan las razones de esta segunda izquierda, al menos aquellas que no han caído en desuso. Si la modernidad sufre un estado de crisis irreversible, también la práctica antimoderna, progresista en el pasado, ha perdido sus razones. Si queremos todavía hablar de las razones de la izquierda, hoy solo vale hacerlo a través de una razón altermoderna, capaz de revitalizar radicalmente el espíritu antagonista del antiguo socialismo.

Ni los instrumentos de regulación de la propiedad privada ni los del dominio de lo público pueden interpretar la necesidad de esta alternativa a la modernidad. El único terreno sobre el cual es posible activar el proceso constituyente es hoy el común –“común” concebido como la tierra y los otros recursos de los que hacemos uso, y también y sobre todo, como aquel común que es producido por el trabajo social. Este común sin embargo debe ser construido y organizado. Precisamente, de la misma manera en la que el agua no es un recurso del todo común mientras no está construida toda una red de instrumentos y dispositivos para asegurar su distribución y utilización, de la misma forma la vida social fundada sobre el común no está inmediata y necesariamente cualificada de libertad e igualdad. No sólo el acceso común sino también su gestión deben estar organizados y asegurados por la participación democrática. Por tanto, aunque por sí mismo el común no es capaz de resolver el nudo gordiano de las razones de la izquierda, sí descubre el terreno sobre el que deben ser construidas.

La izquierda debe entender que sólo una Constitución del Común (y no más la defensa de las constituciones del siglo XIX o las postbélicas) puede devolverle existencia y potencia. Las constituciones existentes, como ya hemos indicado, son constituciones de compromiso inspiradas en Yalta más que en los deseos de los combatientes antifascistas. Ellas no nos han traído justicia y libertad sino que simplemente han consolidado, a través del derecho público de la modernidad, la estructura capitalista de la sociedad. También en los Estados Unidos la izquierda sufre este mismo chantaje constitucional. Debe superarlo. Debe hacerlo para ir más allá de la trágica y periódica repetición de una izquierda en el gobierno que refinancia los bancos que han causado la crisis, que continua pagando guerras imperialistas y que es incapaz de construir un welfare digno de un gran proletariado como el estadounidense.

Hoy se requiere una constitución del común, y esta fábrica del común requiere un Príncipe. No creemos que nadie piense este principio ontológico y este dispositivo dinámico como lo pensaron Gramsci y los fundadores del socialismo. Solamente de las nuevas luchas por la constitución del común este Príncipe podrá emerger. Solamente en una asamblea constituyente gestionada por una izquierda alternativa se podrá mostrar.

23 abril 2012 · 

Antonio Negri





El pañuelo

20 05 2012

La situación de hoy me recuerda al juego del pañuelo: el pañuelo (el estado de bienestar, los servicios públicos y sociales,..) va a ser soltado; en un extremo corriendo rápido la rapiña de la propiedad (gestión) privada cuya intención es agarrar ese pañuelo y privatizar toda esa riqueza para seguir haciendo negocio con ella, ahora que su combustible se agota y el sistema financiero se atascó; al otro lado los y las productoras de esa riqueza vemos como en este juego peligra definitivamente el producto de nuestro trabajo en forma de un hurto totalmente descarado, que deterioraría drásticamente el nivel de bienestar que el pacto social había permitido y el grado de relativa libertad social que se había alcanzado; pero a su vez, cada vez más, vemos también la posibilidad de apropiarnos definitivamentede de ese pañuelo,de hacernos con nuestra producción demostrando la autonomía real de la misma y el carácter parasitario de la gestión capitalista, acabando definitivamente con la expropiación fundamental base de este sistema, e instituyendo una democracia real, es decir, una democracia económica y política (no formal, no represntativa) a través de instaurar el régimen de propiedad(gestión) común para todos los bienes de la naturaleza así como para toda la riqueza que el trabajo social produce.
De esta forma el pañuelo será por tanto, o vil y descaradamente robado, o bien reapropiado por la gran mayoría trabajadora.





El AMOR a lo otro

20 05 2012

El AMOR es componente fundamental en nuestro organizarnos políticamente hoy. Un Amor que no es amor a lo mismo, a sí mismo, a una Identidad, sino Amor a lo OTRO (devenir-otro como decía Deleuze), a lo que no es como uno mismo, a la diferencia. La característica muy importante del 15M que lo convierte en un movimiento constituyente es, a mi forma de ver, esa capacidad de apreciar, de admirar, de amar lo otro. Romper con la identidad en política tiene este significado fundamental.





soñando como un piano

15 06 2008




soñando como mil trompetas gratis / free money/dinero gratis

13 05 2008

DINERO GRATIS

Free Money /PATTI SMITH

Every night before I go to sleep
Find a ticket, win a lottery,
Scoop the pearls up from the sea
Cash them in and buy you all the things you need.

Every night before I rest my head
See those dollar bills go swirling ‘round my bed.
I know they’re stolen, but I don’t feel bad.
I take that money, buy you things you never had.

Oh, baby, it would mean so much to me,
Oh, baby, to buy you all the things you need for free.
I’ll buy you a jet plane, baby,
Get you on a higher plane to a jet stream
And take you through the stratosphere
And check out the planets there and then take you down
Deep where it’s hot, hot in Arabia, babia, then cool, cold fields of snow
And we’ll roll, dream, roll, dream, roll, roll, dream, dream.
When we dream it, when we dream it, when we dream it,
We’ll dream it, dream it for free, free money,
Free money, free money, free money, free money, free money, free money.

Every night before I go to sleep
Find a ticket, win a lottery.
Every night before I rest my head
See those dollar bills go swirling ‘round my bed.

Oh, baby, it would mean so much to me,
Baby, I know our troubles will be gone.
Oh, I know our troubles will be gone, goin’ gone
If we dream, dream, dream for free.
And when we dream it, when we dream it, when we dream it,
Let’s dream it, we’ll dream it for free, free money,
Free money, free money, free money,
Free money, free money, free money,
Free money, free money, free money,
Free money, free money, free money,
Free money, free money, free money,
Free money, free money, free money,
Free money, free money, free money,
Free money, free money, free money, free.





Tristeza y opresión

12 03 2008

Los poderes nos tienen afectandonos, es decir cumpliendo nuestro poder de ser afectado por afectos tristes, y, sin duda, existen mil maneras.
Hay dos plagas: el odio y el remordimiento. Nietzsche dirá que hay dos plagas: el hombre como enfermo, el resentimiento y la mala conciencia. El resentimiento y la mala conciencia son, al pie de la letra, lo que Spinoza llamaba el odio y el remordimiento. Se podría hacer una especie de cuadro psiquiátrico de las afecciones del odio y de las afecciones del remordimiento. Pero lo que le interesa en su manera de ver todo esto no es una psiquiatría; lo que le interesa es, evidentemente, la política. Spinoza se pregunta: ¿Qué es lo que se llama los poderes? El plantea la cuestión del poder de una manera tan ridícula: el poder se opone a la potencia; la potencia es nuestra suerte en nosotros, en cada uno, en los animales, en las cosas; pero el poder es otra cosa. Se pregunta como funciona eso: la gente toma el poder sobre otros. ¿Qué quiere decir tener el poder sobre alguien? Tener el poder sobre alguien es estar a la medida de afectarlo de tal o cual manera. Los poderes son fundamentalmente instituciones hechas para afectarnos de tristeza, funciona así y no puede funcionar más que así. Cosas como la esperanza, la recompensa y la seguridad son puestas del lado de los afectos tristes. Lo que Spinoza ha visto es el poder de Estado y el poder de la Iglesia. Él piensa que el poder de Estado y el poder de la Iglesia son fundamentalmente poderes que tienen a sus sujetos afectandolos de afectos tristes, es decir los deprime. Esta es la operación fundamental del poder, afectarnos de tristeza, lo que implica evidentemente todo un juego de compensaciones «si eres sensato, tendrás una recompensa», por eso Spinoza pone el gusto por las decoraciones del lado de los afectos tristes, las recompensas son como una especie de compensación de una tristeza de ser fundamental.
El poder y la potencia se oponen puesto que el poder es una institución que funciona esencialmente afectándonos de afectos tristes, es decir disminuyendo nuestra potencia de actuar. Tiene necesidad de disminuir nuestra potencia de actuar para, precisamente, ejercer su poder sobre nosotros. Al contrario las potencias de liberación son, o serían aquellas que nos afectan de afectos alegres. Si estás triste es que estás oprimido, deprimido… es que se te tiene. ¿Ellos viven como los tristes y los deprimidos? Viven bajo la forma del contagio, no te soltaran. Un deprimido es una fuerza explosiva, te tiene. Es trágico, esa es la tragedia. Nietzsche ha desarrollado mucho más esta idea tan simple: el hombre del resentimiento es venenoso, su idea es avergonzarnos de la menor alegría. Spinoza no dirá que las instituciones sociales nos suministran los modelos, dirá que llenan de afecciones, una institución social es una máquina de afectos; llena tu poder de ser afectado. No se trata de ideología.

G.Deleuze





Patti Smith

16 02 2008

400px-patti_smith_copenhagen_1976.jpg

http://pattismith.net/audio/Without_Chains.mp3

 without chains

For four long years
I wasn’t a man
dreaming chained
with the lights on
in another world
a netherworld
four long years
with nothing
to say
thoughts impure
at Guantanamo Bay

now I’m learning
to walk
without chains
I’m learning
to walk
without chains
learning to walk
without chains
without chains
without chains

born in bremen
played guitar
a young apprentice
building ships
loved and married
heard the call
is attaining wisdom
a pursuit of fools
journeyed to Pakistan
to breathe the Koran
taken in custody
no reason why
then a prison camp
as an enemy
Combatant

(Chorus)

Languished in a cell
Four years and a day
Then flown home
A version of free
Chained to the floor
With eyes bound
One last humiliation
left to endure
they say I walk
strange
that may be so
its been a long time
since I walked at all

now I’m learning
to walk
without chains
to talk
without chains
to breathe
without chains
to love etc…
without chains
without chains
without chains





Arthur Rimbaud

16 02 2008

rimbaud-pignon2.jpg

He tomado un hermoso trago de veneno. —Sea tres veces bendito el consejo que recibí. —Las entrañas me arden. La violencia de la ponzoña retuerce mis miembros, me vuelve deforme, me derriba. Muero de sed, me ahogo, no puedo gritar. Es el infierno, el castigo eterno. Mirad cómo se reaviva el fuego. Ardo como es debido. Venga, demonio.
Había entrevisto la conversión al bien y a la felicidad, la salvación. Ojalá pueda describir la visión, el aire del infierno no tolera los himnos. Eran millones de criaturas maravillosas, un suave concierto espiritual, fuerza y paz, nobles ambiciones, qué sé yo.
Nobles ambiciones.
Y sigue aún la vida. Es que la condena es eterna. Un hombre que quiere mutilarse ya está bastante condenado, ¿no? Me creo en el infierno, luego estoy en él. El catecismo se ha ejecutado. Soy esclavo de mi bautismo. (…) —El infierno no puede atacar a los paganos. —Y sigue la vida aún. (…)





Amor constituyente

16 02 2008


toni-negri.jpg

“Hay momentos en los que, frente a una realidad que se achata, frente a un mundo que se vuelve aún más insulso, uno piensa que es posible –e incluso que es necesario- formular una hipótesis política: uno lo piensa desde todos los puntos de vista, tanto desde el punto de vista político como desde el punto de vista afectivo. La hipótesis puede partir de cualquier lugar, tanto de la cárcel como del territorio o quizás incluso de determinadas estructuras administrativas. Lo importante es incluir en este tipo de análisis y de comportamiento una decisión de fondo, la de reunir todos los elementos disponibles con el fin de hacerlos constituyentes, productivos. Cada uno de nosotros es una máquina de lo real, cada uno de nosotros es una máquina constructiva” (Negri, 1998, P. 25).





Valor y afecto

16 02 2008

Lo posteo por el valor que tiene y el afecto que le tengo.

Toni Negri

En el curso de las polémicas que desde hace doscientos años han acompañado el desarrollo de la teoría del valor en la economía política, no creo que se haya conseguido jamás desligar el valor del trabajo -hasta las corrientes marginalistas y las escuelas neoclásicas (que tenían vocación de operar esta desconexión) están obligadas a volver a tomar en consideración esta relación (y lo que la sostiene: el trabajo vivo de masa) cada vez que se encuentran confrontadas con la política económica en concreto. En la elaboración teórica neoclásica, el análisis de las relaciones de mercado, empresariales, financieras y monetarias, rechaza en principio toda referencia al trabajo. De hecho, la silencia. No es por casualidad que, cuando los neoclásicos se enfrentan a decisiones políticas, la teoría del valor-trabajo resurja (y los tetanice) en el lugar preciso en el que los fundadores de la teoría la habían colocado: en EL LUGAR DEL CONFLICTO (y de la mediación eventual) de la relación económica en tanto que relación social, donde se constituye la ontología de la teoría económica.

Lo que ha cambiado de manera irreversible, desde la época en que la teoría clásica del valor dominaba, es la posibilidad de desarrollar la teoría del valor en términos de orden económico, y también la consideración del valor como medida del trabajo concreto, sea éste individual o colectivo. Las consecuencias económicas de esta dificultad son tan importantes como sus presupuestos antropológicos y sociales. Es sobre estos aspectos sobre los que nuestro análisis se detendrá -sobre esta novedad que transforma la teoría del valor «desde abajo«, desde la base de la vida.
A lo largo de los siglos, durante los cuales se ha efectuado la modernización capitalista (en la transición de la manufactura a la gran industria, por hablar como Marx), la posibilidad de medir el trabajo (que a grosso modo había podido efectuarse durante el periodo de acumulación) se hace cada vez más difícil.
1. En primer lugar, porque el trabajo -calificándose y complejizándose tanto individual como colectivamente-, ya no podía ser reducido a cantidades simples susceptibles de cálculo;

2. En segundo lugar, porque el capital, por su financiarización y su estatalización crecientes, hacía la mediación entre los diferentes sectores del ciclo económico (producción, reproducción social, circulación y reparto de rentas) cada vez más artificial y arbitraria, y por lo tanto cada vez más abstracta.
Pero todo esto es prehistoria. En el mercado global, en la postmodernidad, el problema mismo de la medida del valor resulta INENCONTRABLE. Es verdad que en el tránsito a la postmodernidad, en la fase de las luchas antiimperialistas y anticolonialistas, la teoría del valor-trabajo parece resurgir en términos macroeconómicos como teoría de la división internacional del trabajo, del «intercambio desigual», de la explotación postcolonial. Pero este renacimiento aparente se ha mostrado rápidamente ilusorio, apenas se ha hecho evidente que la complejidad de los procesos productivos, además de estar inmersa en la multinacionalización de la actividad industrial y la globalización financiera, estaba cada vez más intensificada por los procesos tecnológicos de la informática y de la comunicación, así como por la inversión de trabajo inmaterial y científico. Esto no significa que la división internacional del trabajo y la explotación postcolonial hayan terminado. Al contrario, se han acentuado extraordinariamente. Pero han perdido su especificidad (y por lo tanto la posibilidad de reactivar la teoría del valor en los casos concretos) porque ese tipo de explotación está en sí mismo globalizado, ha invadido los territorios metropolitanos y la posibilidad de medir la explotación se ha desvanecido definitivamente.
En la economía postmoderna y en los territorios de la globalización, la producción de mercancías se hace a produce a través del MANDO; la división del trabajo se da a través del mando; la articulación de las medidas del trabajo se ha disuelto en el MANDO GLOBAL.
Dicho esto, nuestro tema, VALOR Y AFECTO, todavía no ha sido abordado más que a través de la sugerencia de reconsiderar el problema del valor «desde abajo».
En efecto, desde el punto de vista de la economía política, es decir, «desde arriba», la temática del VALOR-AFECTO está hasta tal punto integrada en el proceso macroeconómico que se vuelve invisible. La ciencia económica ignora el problema sin ningún remordimiento. Cuando se cruza con él, no le concede reconocimiento alguno. Dos casos, entre otros, son particularmente ejemplares.
1. El primero concierne el TRABAJO DOMÉSTICO de las mujeres y/o de las esposas/madres.
En la economía política tradicional, este dato no puede establecerse en ningún caso sin tomar en consideración el salario, directo o indirecto, del trabajador (macho, padre de familia); y más recientemente, sin tomar en cuenta las técnicas disciplinarias del control demográfico de las poblaciones (y el eventual interés del Estado -capitalista colectivo por la regulación económica del desarrollo demográfico). El valor es aquí arrancado del trabajo (de las mujeres, en este caso, esposas o madres), es decir, del afecto.
2. Un segundo ejemplo, en el extremo opuesto, que ya no tiene nada que ver con los paradigmas tradicionales de la economía clásica, pero sí con una temática perfectamente postmoderna: la de la llamada «economía de la atención». Se entiende con ello el interés de incluir en el cálculo la INTERACTIVIDAD del usuario de los servicios de comunicación. También en este caso, en el que se hace evidente el esfuerzo de absorber la producción de subjetividad, la ciencia económica ignora su consistencia. Se fija en el cálculo de la AUDIENCIA, esconde, controla y domina la producción de
subjetividad en un horizonte desencarnado. El trabajo (la atención) es aquí subsumido al arrancarlo del valor (del sujeto), es decir del afecto.

Hay que partir de lo que la economía política ignora para definir «el valor-afecto». Y debemos definirlo a partir de una aparente paradoja que querríamos expresar como sigue:

el valor de la fuerza de trabajo es tanto más determinante para la producción cuanto más ineficaz se hace la medida del valor; cuanto más calla la economía política sobre el valor de la fuerza de trabajo, más se extiende e interviene la fuerza de trabajo en el terreno global, biopolítico.

En esta dinámica paradójica, el trabajo deviene afecto, o más aún, el trabajo encuentra su valor en el afecto, si éste se define como «potencia de actuar» (Spinoza). La paradoja puede ser por tanto retomada en estos términos:

cuanto más pierde la teoría del valor su referencia al sujeto (la medida era esta referencia, en tanto que base de la mediación y del mando), más reside el valor en el afecto, en el trabajo vivo que se autonomiza de la relación de capital, y expresa, por todos los poros del cuerpo -singular o colectivo-, su potencia de autovalorización.

Deconstrucción

Mi primera tesis, deconstructivista e histórica, es que es imposible medir el trabajo, y por tanto ordenarlo y reconducirlo a una teoría del valor, cuando, como ocurre hoy en día, la fuerza de trabajo ya no es ni EXTERIOR ni INTERIOR al mando (ni a la capacidad de estructurar el mando) del capital. Insisto en que ésta es la situación hoy en día. Para aclararlo, consideraremos dos posibilidades:


PRIMERA POSIBILIDAD. La fuerza de trabajo, o el valor de uso de la fuerza de trabajo, se encuentra FUERA del capital.
Esta fue la situación en la que la teoría del valor fue construida, en la época clásica en la que la fuerza de trabajo, siendo exterior al capital, debía ser conducida al interior del mismo. El proceso de acumulación primitiva consiste en llevar al interior del desarrollo (y de su control) capitalista aquella fuerza de trabajo que vivía fuera. El «valor de cambio» de la fuerza de trabajo tiene así su base en un «valor de uso» que se ha construido en buena parte fuera de la organización capitalista de la producción. ¿En qué consiste este «afuera»? Marx ha hablado mucho sobre ello.
Cuando analiza la fuerza de trabajo como «capital variable», alude a una mezcla de
independencia y de subjetividad que se organizan:
1. en la independencia de la «pequeña circulación» (el vínculo con la tierra, la economía familiar, la tradición del don, etc.);
2. sobre los valores propios de la «cooperación obrera» como tal, es decir sobre el hecho de que la cooperación constituye un plus de valor que es anterior, o de todas formas irreductible, a la organización capitalista del trabajo, aunque sea recuperado por ella;
3. sobre el conjunto de valores «históricos y morales» (dice Marx) que son continuamente renovados, en tanto que necesidades y deseos, por el movimiento colectivo del proletariado, y producidos por sus luchas. La lucha por el «salario relativo» (sobre la que Rosa Luxemburgo ha insistido con fuerza desde la interpretación particular que ella hacía del marxismo a partir de una perspectiva de producción de subjetividad) representa un dispositivo fortísimo que se pone en marcha a partir de este «afuera». El «valor de uso» se enraíza fundamentalmente fuera del capital, aunque sea siempre de manera relativa.
Una vasta historiografía (que va de los trabajos de E. P. Thompson al de los «obreristas» italianos y europeos de los años 70, y en cuyo interior brilla la obra de la «subaltern historiography» india) describe esta situación y la traduce al lenguaje militante.
Durante un largo periodo histórico, por tanto, el desarrollo capitalista ha experimentado una determinación independiente del valor de uso de la fuerza de trabajo, una determinación que se situaba -relativamente- «fuera» del mando capitalista. El precio del «trabajo necesario» (para reproducir el proletariado) se presenta en este periodo como una cantidad natural (y/o histórica) – de todas formas exterior- que media entre la productividad efectiva de la clase obrera y su inclusión social y monetaria en la sociedad del capital.
La especificidad marxiana, en cuanto a la traducción de la teoría clásica del valor para fines revolucionarios, se funda también sobre la toma en consideración de la extrañación (relativa) de la consistencia del «valor de uso» de la fuerza de trabajo con respecto a la unidad del mando capitalista sobre el desarrollo de la acumulación. Podemos añadir que medir el valor, para Marx, era utilizar una unidad de medida que se formaba fuera (o en cualquier caso, al lado) del proceso capitalista de producción y reproducción de la sociedad.


SEGUNDA POSIBILIDAD.
La fuerza de trabajo, o su valor de uso, se encuentra en el
INTERIOR de la sociedad del capital.

A lo largo de su desarrollo, el capital ha ido reconduciendo cada vez más a la fuerza de trabajo bajo su mando; ha eliminado progresivamente las condiciones de re producción exteriores a la sociedad del capital y, por consiguiente, ha conseguido poco a poco definir el valor de uso de la fuerza de trabajo en términos de valor de cambio –ya no sólo de manera relativa como en la fase de la acumulación, sino también de manera absoluta. «Arbeit macht frei». No es necesario ser postmoderno para observar como esta reducción (subsunción) del valor de uso al régimen constrictivo y totalitario del valor de cambio se ha impuesto, a partir de los años 30 en Estados Unidos, de los años 50 en Europa, y de los años 70 en el Tercer Mundo.
Ciertamente existen todavía, tanto en el Tercer mundo como en el Primero, situaciones en las que persisten importantes formas de independencia en la formación del valor de uso proletario.
Pero la tendencia a su absorción es irresistible. El mundo postmoderno traza una tendencia continua, impetuosa y rápida. Es exacto. Podemos en efecto afirmar que a diferencia de lo que todavía ocurría en la época del análisis marxiano, hoy no es posible una definición del valor de uso que pueda formularse INDEPENDIENTEMENTE, ni siquiera de forma parcial, del valor de cambio.
Por tanto, el cálculo económico, de origen clásico o marxiano, que establecía una unidad de medida independiente (un «afuera») en la base de la dialéctica del capital, ya no tiene razón de ser. Esta desaparición es real; por consiguiente, la teoría de la medida del valor se ha hecho circular y tautológica: ya no hay nada externo que pueda ofrecerle una base de apoyo. En efecto -y aquí tampoco es necesario ser postmoderno para reconocerlo- a partir de los años 60 (por lo que nos concierne) todo valor de uso está determinado por el sistema de producción capitalista. Más aún: todo valor, que en la teoría de la acumulación no se situaba en un sistema inmediatamente capitalista (como la capacidad social de reproducción, el plus productivo de la cooperación, la «pequeña circulación», las nuevas necesidades y deseos producidos por las luchas), es ahora inmediatamente recuperado y movilizado en el seno del sistema de control capitalista (mundializado).
De este modo, si (en términos clásicos) la teoría del valor tiene que determinar un criterio de medida, no podrá encontrarlo hoy más que en el interior de la constitución global del valor de cambio. Ahora bien, esta medida es el dinero. Pero el DINERO, precisamente, no es una medida, ni una relación con respecto al valor de uso, sino -en este punto del desarrollo- su simple y pura sustitución.
Concluyendo, la teoría del valor ha terminado con su función racionalizadora (así como con su función fundadora) de la economía política. Abandona el desarrollo capitalista en los umbrales de la postmodernidad, transfigurada en teoría monetaria -construida en el horizonte de la globalización, organizada por el mando imperialista. «One dollar is one dollar». El dinero ya no es producto de un régimen de intercambios (entre el capital y una fuerza de trabajo más o menos subjetivada) sino la PRODUCCIÓN de un sistema de intercambios. La teoría del valor queda banalizada como instrumento de la medida monetaria, del orden del dinero.
Pero el valor de la producción no ha desaparecido. Cuando ya no es reconducible a la medida, se hace DES-MESURADO. Quiero subrayar aquí la paradoja de una fuerza de trabajo que ya NO está ni FUERA, ni DENTRO del capital: en el primer caso, el criterio que permitía el control a través de la medida era su independencia relativa (algo que hoy ya no existe: la fuerza de trabajo ha sido «realmente subsumida»); en el segundo caso, el criterio que permitía el mando sobre la fuerza de trabajo pese a la desaparición de la medida, residía en su absorción por el régimen monetario (el keynesianismo, por hablar de la forma más refinada de técnica de control). Pero este segundo criterio tiende también a desaparecer en la medida en que el control monetario se ha hecho completamente abstracto. Tenemos por tanto que concluir que la fuerza de trabajo que
encontramos en la postmodernidad (en el sistema global y/o imperialista de la economía capitalista) está situada en un NO-LUGAR con respecto al capital ¿Cómo definir este no-lugar?
Para introducir nuestro análisis, hace falta identificar ante todo el DESPLAZAMIENTO teórico que determina la globalización de la explotación capitalista. Cuando hoy hablamos de globalización, es en un doble sentido: en un sentido EXTENSIVO, en tanto que expansión mundial del tejido productivo a través de los mercados; en un sentido INTENSIVO, en tanto que absorción del conjunto de la vida social por la producción capitalista. En el primer caso, la fuerza de trabajo se presenta en agregados (o subjetividades) móviles, intercambiables, materiales e inmateriales, en los que la potencia productiva está organizada según los dispositivos de movilización (y/o de segregación, de segmentación, etc.): la fuerza productiva se deriva aquí de la circulación. En el segundo caso, la fuerza de trabajo se presenta como tejido social, como población y cultura, tradiciones e innovaciones, etc. -en suma, su fuerza productiva es explotada en el interior de los procesos de reproducción social. La producción se hace coextensiva a la reproducción, en un contexto «biopolítico». (Cuando hablamos de «biopolítico», definimos un contexto de reproducción social que integra producción y circulación, y el dispositivo político que las organiza. No es ahora el momento de profundizar en esta temática: simplemente nos hemos permitido introducir el término).
El no-lugar de la fuerza de trabajo queda por tanto negativamente definido por la disolución de la separación entre las diferentes formas de realización del capital -tal y como los clásicos y/o Marx nos la habían transmitido. Al mismo tiempo, queda positivamente definido por la intensidad de la movilización y por la consistencia del lazo biopolítico de la fuerza de trabajo.

Construcción

En este punto podemos ya extraer las siguientes afirmaciones:
1. La medida del valor-trabajo, basada en la independencia del valor de uso, será en adelante inefectiva;
2. La regla del mando capitalista que se impone en el horizonte de la globalización anula toda posibilidad de medida, incluso monetaria;
3. El valor de la fuerza de trabajo se sitúa hoy en un no-lugar; este no -lugar es
DESMESURADO. Entendemos por esto que está FUERA DE TODA MEDIDA pero, al mismo tiempo, MÁS ALLÁ DE TODA MEDIDA.
Para retomar ahora el tema valor-afecto, proponemos profundizar UNO de los temas presentados en la introducción: el del nexo entre producción y reproducción social; y proponemos hacerlo siguiendo las indicaciones que nos ha sugerido la presente investigación:
1. «desde abajo»
2. en el «no -lugar» desmesurado.
Para hacerlo es necesario rechazar la vía fácil que se presenta a primera vista: aquella que consiste en reintroducir las figuras marxianas del valor de uso fingiendo renovarlas en contacto con la nueva situación. ¿Cómo trabajan los filósofos y los políticos emplazados en esta perspectiva? Reconstruyen un valor de uso ficticio que oponen con nostalgia a la mundialización creciente; oponen por lo tanto a la mundialización una resistencia humanista… en realidad, reaparecen en sus discursos todos los valores de la modernidad, y el valor de uso (abierta o subrepticiamente) se configura en términos de identidad. Un solo ejemplo: la resistencia de los sindicatos obreros a la mundialización. Para determinarla reasumen territorializaciones e identidad del valor de uso de la fuerza de trabajo e insisten en ello desesperados, ciegos frente a la transformación productiva, incapaces de aprehender la nueva potencia que el no-lugar desmesurado ofrece a la acción productiva. Se nos hace por tanto imposible optar por esta vía.
Hay que buscar otra.
¿Pero dónde buscarla? Habíamos dicho «desde abajo». Hasta aquí de hecho habíamos basado nuestro razonamiento en una relación marxiana que llevaba de la producción a la reproducción social, del valor a la realidad biopolítica. En esta relación podía ser incluido –implícitamente hasta el afecto; podía emerger como «potencia de acción» sobre el límite inferior de la definición del valor de uso. Pero este resultado de la deducción a partir de las condiciones del valor no producía efectos importantes, a menos que fuese asumido abstractamente como elemento de unidad de cálculo. Esto nos conduce a modificar nuestro razonamiento, a renunciar a la deducción y a probar la INDUCCIÓN -del afecto al valor- como esquema de construcción.
Este esquema de construcción ha dado buenos resultados -pero aún no son suficientes para probar la potencia del afecto en su radicalidad y la extensión de los efectos que caracterizan la postmodernidad. Me refiero aquí a las escuelas historiográficas y dialécticas a las que ya hemos hecho referencia (de E.P. Thompson a los «obreristas» europeos de los años 70 y a la «subaltern historiography»). En esta perspectiva teórica, el afecto se retoma «desde abajo». Asimismo se presenta, en primer lugar, como producción de valor. A través de esta producción aparece, en segundo lugar, como producto de las luchas, como signo, como sedimento ontológico de éstas.
Por tanto, el afecto se muestra como dinámica de construcción histórica -en toda la riqueza de su complejidad. Sin embargo esto es insuficiente. Desde esta perspectiva, la dinámica de las luchas (y de los comportamientos afectivos) determina en efecto, y en todos los casos, la reestructuración del mando (tecnológico, político, etc.) del capital. El desarrollo del afecto se encuentra atrapado en una dialéctica que acaba presentando su dinámica como una circularidad.
Como dialéctica, TOUT COURT. Y no se trata de una buena dialéctica frente a una perversa: todas las dialécticas son pésimas, todas incapaces de liberarse de la efectualidad histórica y sus sortilegios. La dialéctica, -también una dialéctica «desde abajo»- es incapaz de mostrarnos la innovación radical del proceso histórico, la explosión de la «potencia de acción» (el afecto) en toda su radicalidad.
Un esquema de reconstrucción «desde abajo» debe incluir también una percepción del «no-lugar» que pueda librarnos de la dialéctica de la modernidad bajo todas sus formas, incluidas aquellas que han intentado desarrollar «desde abajo» la construcción dialéctica del afecto. ¿Qué significa entonces unir el enfoque «desde abajo», la percepción del «no-lugar» y la ruptura de toda distancia dialéctica en un recorrido que va del afecto al valor?
En una primera hipótesis, podemos considerar el afecto como una POTENCIA DE ACCIÓN, singular y -al mismo tiempo- universal. Singular porque plantea la acción, más allá de toda medida, que la potencia contenga por si misma, en su propia estructura y en las reestructuraciones continuas que construye. Universal, porque los afectos construyen una comunidad entre los sujetos. El «no – lugar» del afecto se sitúa en el seno de esta comunidad porque esta comunidad no es un nombre sino una potencia, no es una comunidad de constricciones sino de deseo. El afecto ya no tiene nada que ver con el valor de uso porque ya no es una medida sino una potencia y no encuentra límites sino obstáculos a su propia expansión.
Esta primera cualificación del afecto como potencia de acción nos abre otras cualificaciones.
Podemos en efecto señalar, en segundo lugar, que, si la relación entre singularidad y comunidad (universalidad) no es estática sino más bien dinámica y si en esta relación asistimos a un movimiento continuo entre lo singular que se universaliza y «lo común» que se singulariza, podremos entonces calificar el afecto como POTENCIA DE TRANSFORMACIÓN, como fuerza de autovalorización que insiste sobre si misma en relación a «lo común» y que por tanto lleva a «lo común» a una expansión que no encuentra límites, tan sólo obstáculos.
Pero este proceso no es formal sino material. Se produce en lo biopolítico. Por tanto, en tercer lugar, hablaremos del afecto como POTENCIA DE APROPIACIÓN, en el sentido de que cada obstáculo superado por la acción del afecto determina una fuerza de acción mayor que la del propio afecto, en la singularidad y en la universalidad de su potencia. El proceso es ontológico, la potencia es ontológica, las condiciones de la acción y de la transformación adquieren una y otra vez el aspecto de una apropiación y enriquecen la potencia de la acción y de la transformación.
En cuarto lugar, podemos reunir estas cualificaciones del afecto como potencia de acción bajo una nueva definición: el afecto es una POTENCIA EXPANSIVA. Esto significa que se trata de una potencia de libertad, de apertura ontológica, de difusión en todas las direcciones. En realidad, podríamos considerar esta nueva definición como un pleonasma. Si de hecho el afecto construye el valor «desde abajo», si lo transforma en una dinámica de «lo común», si se apropia de las condiciones materiales de su propia realización, es más que evidente que moviliza una potencia de expansión. Pero esta definición añade sin embargo un nuevo concepto en tanto que permite insistir en el tono positivo del «no-lugar», en el carácter irresistible del afecto como potencia «más allá de la medida» y en la consiguiente nota absolutamente anti-dialéctica. (jugando con la historia de la filosofía, que no merece otra cosa que juego, se puede afirmar que mientras las tres primeras definiciones del afecto son spinozianas, esta cuarta definición encubre un acento nietzscheano). La expansividad del afecto en todas las direcciones nos muestra, por así decirlo,
el momento en el que el concepto se transvalora hasta determinar la capacidad de sostener el choque frente a lo postmoderno.

Retorno a la economía política

Como el valor está fuera de toda medida (tanto de la medida «natural» del valor de uso como de la medida monetaria), la economía política de la postmodernidad la busca en otros terrenos: en el terreno de las convenciones de intercambios mercantiles y en el de las relaciones comunicativas. Convenciones de mercado e intercambios comunicativos formarían la base de los lazos productivos (y por lo tanto de los flujos afectivos) –fuera de medida, ciertamente, pero susceptibles de control biopolítico. La economía política postmoderna reconoce por tanto que el valor se forma en relación con el afecto, que el afecto es fundamentalmente productivo, etc.: por ello se intenta controlar (y mistificar su naturaleza) limitando su potencia. La economía política debe en todo caso poner la fuerza productiva bajo control, organizándose para imprimir sobre las nuevas figuras de valorización (y sobre los sujetos que las producen) nuevas formas de explotación.
Hay que reconocer que, remodelando de esta forma su sistema de conceptos, la economía
política ha hecho un progreso enorme y ha intentado situarse (sin negar la instancia de
dominación que la define, pero reproduciéndola en lenguajes originales) fuera de la dialéctica clásica del capital. Acepta la imposibilidad de determinar una medida «objetiva» (trascendente, como en el caso del «valor de uso», o trascendental como en el caso del dinero) de la productividad de la fuerza de trabajo. Se pone por tanto a prueba sobre el terreno marcado por la «producción de subjetividad» o por la subjetividad productiva. El reconocimiento latente que la economía política otorga al hecho que el VALOR es en adelante una INVERSIÓN DE DESEO, constituye una verdadera revolución conceptual. (Por jugar de nuevo con la historia de la filosofía, que es casi siempre una materia mistificadora, podemos subrayar lo divertido que es ver hoy valorizada en Adam Smith LA TEORÍA DE LOS SENTIMIENTOS MORALES en vez de LA RIQUEZA DE LAS NACIONES; en Marx los escritos de juventud en vez de EL CAPITAL; La sociología del don de Maus en vez de ECONOMÍA Y SOCIEDAD de Max Weber…). Esta revolución en la economía política es reveladora: se trata de dominar el contexto de los afectos que instauran la realidad productiva como superestructura de la reproducción social y como articulación de la circulación de signos de comunicación. Si es imposible medir esta nueva realidad productiva porque el afecto no es medible, sin embargo, este mismo contexto productivo, tan rico de subjetividad productiva (el afecto) DEBE ser controlado. La economía política se ha convertido en ciencia deontológica. Esto significa que el proyecto de la economía política de las convenciones y de la comunicación es un proyecto de control de una realidad productiva desmesurada.
Pero la tarea es más dura de lo que había imaginado la economía política. Hemos subrayado el hecho de que «desmesurado» significa «fuera de medida» pero también y sobre todo, «más allá de medida». La contradicción principal de la postmodernidad se sitúa probablemente sobre esta diferencia. En su centro, el afecto (y sus efectos productivos). Muy bien, dice la economía política, reconocemos que todo lo que está fuera de medida no puede ser medido, aceptamos que la ciencia económica se convierta en una disciplina teórica no dialéctica. Esto no impide, añade, que este fuera de medida pueda ser controlado. La convención (es decir el conjunto de los modos de vida productivos y de intercambio) y la comunicación (es decir el conjunto de relaciones interactivas que forman el mercado y la conciencia de mercado) ofrecerían por tanto a la economía política la oportunidad de limitar la desmesura del afecto-valor por y en el control.
¡Interesante y titánico esfuerzo el de la economía política!.
Porque lo que escapa a la economía política (pero que tetaniza a la política económica) es el otro aspecto: el valor-afecto más allá de medida. Éste es imposible de contener. Lo sublime se ha hecho normal.

Para retomar el análisis

Una economía del deseo está a la orden del día. No solamente en términos filosóficos, sino también en términos (disciplinarios) de crítica de la economía política -es decir, partiendo no tanto del modelo como del punto de vista de Marx: punto de vista del oprimido que construye la insurrección e imagina una reconstrucción revolucionaria, un punto de vista «desde abajo» que construye en toda su riqueza el «no -lugar» de la realidad revolucionaria. El valor-afecto abre la vía a una política económica revolucionaria, en la que la insurrección es un ingrediente necesario, que pone sobre la mesa el tema de la reapropiación del contexto biopolítico por parte de los sujetos productivos.
¿Qué queremos o podemos? Contestar científicamente está más allá de toda medida, y no solamente fuera de medida. Sin embargo es paradójicamente fácil contestar a partir de «lo común», del diálogo entre personas y de cada lucha social cuando los acontecimientos están cargados de afectividad: Tanta es la distancia entre el ser y el afecto. De hecho, nuestra vida social, por no hablar de nuestra vida productiva, se encuentra sumergida en la impotencia de la acción, en la frustración de no crear, en la castración de nuestra imaginación cotidiana.
¿De dónde viene todo esto? De un enemigo. Pero si para el enemigo es imposible medir el valor, para el productor de valor es irreal la propia existencia del que pretende medir el valor… Hay que destruir al enemigo a partir del afecto. Porque el afecto (la producción, el valor, la subjetividad) es indestructible.





La subjetividad del trabajador inmaterial o características a cultivar en el estudiante

24 12 2007

El nuevo titulado encarna aquel trabajo que produce el contenido informacional y cultural de la mercancía, trabajador de la información y la comunicación.

Debe aportar el proceso de trabajo las capacidades intelectualmente creativas de su subjetividad y no solamente un entrenamiento específico.

                     Capacidades que deba aportar:

                                    -de síntesis

                                    -reflejos

                                    -toma rápida de decisiones

                                    -elección de vías no prefijadas

                                    -habilidades de búsqueda

                                    -habilidades de solución de problemas

                                    -afectividad

                                    -seducción

 El proceso de trabajo deja de estar prefijado.

 La informatización de los procesos exige que los trabajadores aporten saberes y que las universidades y centros de formación pasen a integrarse a una gran red de oferta de servicios cognitivos.

 La nueva subjetividad puesta a trabajar debe ser tan flexible como lo es el capitalismo y tan creativa y espontánea como éste necesita.

Los nuevos métodos docentes, por atractivos que parezcan, forman cuerpo con las nuevas exigencias formativas y están encaminadas a obtener un nuevo titulado idóneo para estos tiempos.

 Según Lazzarato el trabajo inmaterial se puede entender desde dos puntos de vista diferentes:

 desde el contenido: produce determinadas mercancías o tipos de mercancías (noticias, imágenes, música, programas) o contenido informacional y cultural de mercancías materiales ( campañas publicitarias, diseño, servicio post-venta).

 desde la forma: el trabajo inmaterial supone la puesta a trabajar de la subjetividad entera: gustos, relaciones, informaciones que se recaban, modos de pensar,…

 Una peculiaridad de la mercancía del trabajo inmaterial consiste en el hecho de que no se destruye en el acto de consumo sino que amplía, transforma y crea el medio ambiente ideológico y cultural del consumidor.

 Crea la relación social del consumo y configura al consumidor.

 Y por otro lado, la información aportada por ese consumidos adecuadamente tratada se transforma en un poderoso incentivo de la producción.

 El ciclo virtuoso de la producción inmaterial enlaza la producción de valor a la producción y reproducción de lazos  sociales de forma que al sostener y reproducir su vida, los individuos reproducen también esa riqueza.

 Es una forma de entender el poder capitalista como poder de apropiación, como dominio sobre una relación social inmediatamente producida y no como puesta en funcionamiento de esa misma relación. Carácter parasitario.

 Lo que el capitalismo explota no son ya las características corporales (fuerza destreza, rapidez) sino habilidades mentales ligadas a la subjetividad viva del trabajador y efecto de loso procesos propios de la socialización:

            -capacidad del uso del lenguaje

            -modulaciones afectivas

            -rapidez en buscar soluciones

Efectos de los propios procesos de vida en los que los individuos mantienen y reproducen su vivir mismo como condiciones previas del propio sistema productivo y base de su riqueza diferencial.

El concepto de trabajo inmaterial está ligado al de biopolítica: un sistema en el que desde el poder se pretende reducir los procesos de reproducción del vivir a los exigidos para la rentabilidad del sistema mandando un mensaje extremadamente violento: «desarrollad vuestra subjetividad y participad pero solo dentro de esos límites” , “sed creativos pero dejadnos los frutos de vuestra creatividad”.

 El trabajo inmaterial tiene un carácter asociativo y cooperativo que para algunos autores como Negri y Hardt puede contener un potencial para un comunismo elemental y espontáneo.






Capitalismo Cognitivo

23 12 2007

 Se llama sociedad de la información y la comunicación a la transformación que ha advenido al sistema productivo capitalista como resultado de las transformaciones tecnológicas ligadas a las informática y a los nuevos tratamientos de la información y la comunicación.

 En esta sociedad, la innovación ligada al conocimiento es elemento prioritario ya que permite mantener el ciclo productivo.

 Los procesos de innovación ofrecen a las empresas la mejor oportunidad de valorización, a través de:

-nuevos productos

-mejora de los productos ya ofrecidos

El sistema de servicios ocupa el lugar central en la innovación. 

            -servicios que van aparejados al objeto

            -servicios que no tienen objeto

El conocimiento de la innovación se obtiene con las técnicas del tratamiento de la información.

Se trata de separar la información que acompaña a cualquier actividad humana, registrándola mecánicamente y sometiéndola a análisis de modo que sus resultados sean un elemento más de la propia innovación.

 Respecto a la información se pueden reseñar tres partes distintas:

            Carácter lingüístico de la información como registro de suceso.

            Trabajo lingüístico de elaboración para obtener una información ya codificada y útil para ser instalada en el proceso de innovación

            Medios tecnológicos por los que se realiza el trabajo.

 Es importante no separar este proceso de tratamiento de la información con su efecto económico para comprender cuál es el valor económico de la información.

El desarrollo de esta etapa posfordista está ligada a la crisis de los sistemas fordistas en Europa y USA a causa de la fuerte contestación en los años 60/70 por la emergencia de nuevos modelos de vivir que están siendo capturados por la dinámica del capital.

 Capitalismo cognitivo se llama a la economía en que la producción del conocimiento deviene la oportunidad principal de valorización del capital. La parte del capital inmaterial (proporción de trabajadores intelectuales y de las actividades con alta intensidad del saber) es cada vez más la variable clave del crecimiento y la competitividad entre naciones.

 El capitalismo cognitivo supone la emergencia de un nuevo régimen de acumulación en el que el objeto de acumulación está constituido principalmente por conocimiento, el cual está sometido a una valorización directa y cuya producción desborda la ubicación tradicional de la empresa.

Los centros de formación y capacitación adquieren mayor importancia en cuanto a centro de servicios y a su vez, pasan a ser tendencialmente absorbidos o supeditados a las exigencia de valorización y reproducción del capital en general.

 Y en este contexto la Universidad se convierte en el objetivo central del acaparamiento por parte de los sectores más dinámicos del capital.

 Lo que ofrece la Universidad es un servicio, equiparable a otros servicios ofertados en condiciones mercantiles.

La universidades pasan a ser consideradas unidades de producción de servicios de formación susceptibles de ser gestionadas de modo capitalista.

 ¿Qué producen los centros de formación?

capital inmaterial: libros, software, documentales,..

            capital humano: conocimiento, habilidades, competencias, ubicados en el cuerpo de los titulados

Debe ser este un capital que se adecue a las exigencias de las empresas.

 Al ser mercantilizada estos servicios de formación serán pagadas por sus compradores los estudiantes.

 





Nota sobre la producción de subjetividad capitalista

18 12 2007

La culpabilización es una función de la subjetividad capitalista.

Se propone siempre una imagen de referencia a partir de la cual debemos contestar cuestiones como:

«¿quién es usted?, ¿se atreve a tener opinión, en nombre de quien habla?, ¿qué vale usted en la escala da valores reconocidos en la sociedad? ¿a qué corresponde su habla?»

Nos vemos obligados a asumir la singularidad de nuestra propia posición con el máximo de consistencia.

Sólo que, es caso de hacerlos solos, esto es frecuentemente imposible pues una posición implica siempre un agenciamiento colectivo.

Por lo tanto, a la menor vacilación ante esa exigencia de referencia, se acaba cayendo automaticamente en una suerte de agujero, que hace que la gente comience a preguntarse:

«A fin de cuentas, ¿quién soy yo?, ¿será que soy un mierda?»

Como si nuestro propio derecho a la existencia se derrumbase.

Y uno piensa que lo mejor que puede hacer es callarse.

Se interioriza eso valores.

Instancias del super-ego.

Instancias de inhibición.





Jacotot

17 12 2007

“Tu impotencia es sólo pereza para avanzar. Tu humildad tan solo es temor orgulloso a tropezar bajo la mirada de los otros. Tropezar no es nada; el mal está en divagar, en salir del propio rumbo, en no prestar ya atención a lo que se dice, en olvidar lo que se es (…). Este principio de veracidad está en el centro de la experiencia emancipadora”, pregona Jacotot, alias “El loco”.





Teoría de la composición de clase

9 12 2007


QUÉ ES LA COMPOSICIÓN DE CLASE

Designa la estructura subjetiva de las necesidades, los comportamientos y las prácticas conflictivas, sedimentados a lo largo de las luchas.

ELEMENTOS DE LA TEORIA DE LA COMPOSICIÓN DE CLASE

-La idea de que existe un conflicto subterráneo y silencioso protagonizado cotidianamente por los obreros contra la organización capitalista del trabajo.

– La concepción de que la jerarquía empresarial en realidad no es más que una respuesta a las luchas obreras.

– La intuición de que todo ciclo de luchas deja residuos políticos que se cristalizan en la estructura subjetiva de la fuerza de trabajo.

POSTERIOR DIVISIÓN DE LA COMPOSICIÓN

Composición técnica: realidad de la fuerza de trabajo dentro de la relación de capital en un momento histórica

Composición política: conjunto de comportamientos (antagonistas) que en ese momento, definen la clase.

Con la teoría de la autovaloración, la composición política se redefine como: resultado de los comportamientos, tradiciones de lucha y prácticas concretas de rechazo al trabajo desarrollados pos sujetos múltiples en una fase histórica determinada y en un contexto económico y social específico.





GOODBYE MR. SOCIALISM

9 12 2007

El último que ha escrito Toni Negri, Good Mr. Socialism, en realidad una larga entrevista, cuyos luminosos análisis de la realidad política global de los movimientos y el capital me parecen que constituyen la única señal, el único indicio, por lo demás lleno de talento, de por donde están situadas las posibilidades reales que tienen los movimientos de instaurar una democracia global que desplace al capitalismo.

A modo de esquema o resumen del primer capítulo, lo que pongo a continuación.

1.-GOOBDBYE MR. SOCIALISM

1.-Economía planificada.

Una economía planificada no deja de ser una economía capitalista que busca por tanto el beneficio. Aunque este gestionada por el Estado.

El problema fue y es cómo determinar la convergencia del interés empresarial y la participación y el consenso de los ciudadanos trabajadores.

Una economía planificable es viable, realizable.

El fracaso de la Unión Soviética no se debió a la base de la economía planificada sino a las relaciones de fuerza. No pudo resistir la estrategia occidental de cierre y represión.

2.-Causas del fracaso de la Unión Soviética.

En una primera fase, se produce un cerco militar, bloqueo comercial, asedio cultural de occidente desde el inicio en 1917 hasta el inicio de los planes quincenales, 1928.

En la segunda fase, a partir de grandes niveles de retraso se produjo un intento de acumulación muy costoso. La aceleración del proceso constituye una desproporción con respecto de cualquier otra experiencia.

En la tercera fase, la guerra mundial y Stalin. Construcción de la gran unidad nacional para derrotar al enemigo nazi.

Cada una de estas fases supusieron la erosión constante de las garantías de libertad de los ciudadanos-trabajadores.

Desequilibrios estructurales:

-La incapacidad de mantener el nivel de consumo al nivel de la producción

-Desarrollo desequilibrado: alto desarrollo tecnológico pero profunda desigualdad social.

3.-El Estalinismo

El estalinismo es algo infame pero también un fenómeno de modernización.

Stalin convirtió a los siervos de la gleba en proletario, por lo tanto deberían ser los proletarios quienes protestaran contra él y no los capitalistas.

La única posibilidad de superar a Stalin hubiera sido repetir la revolución en cada momento que hubiese sido preciso pero esto no pudo ser debido al acoso de los países capitalista como pensaba también Rosa Luxemburg.

Los asesinatos. En la defensa del régimen y en la acumulación nacional militar todas la garantías de libertad fueron desapareciendo.

Fueron asesinados precisamente aquellos hombres libres que los soviets necesitaban para desarrollar la electrificación y después la informatización de la sociedad. Fue un acto masoquista.

4.-Magnitud de la construcción del socialismo.

En 1905 Rusia era un país medieval y en 1960 era capaz de poner en órbita satélites tras haber ganado una guerra contra el ejercito más poderoso de Europa. Fue debido a una gran organización estatal moderna.

Los dirigentes soviéticos no fracasaron por el Telón de acero sino por haber construido una enorme inteligencia colectiva y no haber sido capaces de ofrecer a dicha inteligencia los instrumentos libres de expresión. Y no lo hicieron porque habérselos dado hubiese significado darles la libertad .

5.-La dificultad comunicativa

Otra gran dificultad, la gran dificultad comunicativa del sistema, la gestión demasiado burocrática de las necesidades.

Con la informática el sistema se agiliza pero no se permitió su difusión.

Respecto a la comunicación en red de hoy, los inventores de los nuevos modelos del vivir comunicativo son más socialistas que capitalistas, mucho más vinculados al concepto de solidaridad que al de beneficio.

6.-La consolidación del socialismo

La consolidación del socialismo derrotó el proceso revolucionario.

La consolidación del socialismo tuvo dos grandes resultados:

-se demostró como algo posible de hacer

-se impuso incluso en la economía burguesa como una modificación radical (New Deal, intervención estatal en las economías)

Pero en esa consolidación estaba la traición, la burocratización, la corrupción.

7.-Socialismo y comunismo hoy

Respecto al socialismo, no existe una gestión justa del capital

Hoy conviene preguntarse por el término comunismo entendido como modificación radical de los sujetos que trabajan y como constitución de un nuevo tiempo histórico de construcción de lo común, como capacidad común de producir y reproducir lo social en libertad.

Lo encontramos en el igualitarismo radical cada vez mas emergente, que parte de abajo con la petición de derechos para los inmigrantes o de la renta básica de ciudadanía para combatir la precariedad; en la apertura de fronteras y el cosmopolitismo implícito.

La palabra comunismo se está reconstruyendo: una masa enorme de pensamiento está convergiendo en torno al intento de definición del comunismo como única alternativa al posmodernismo y como inicio de un nuevo y gran ciclo de civilización.





Átomos. Un poco de química.

1 12 2007

Demócrito ya decía que la materia estaba constituida por unas pequeñas partículas indivisibles a las que llamó átomos. Pero la demostración científica de la existencia de los átomos no llegó hasta principios del siglo XIX con la teoría atómica de Dalton.

Es interesante comprender cómo Dalton llegó a deducir su teoría y cómo con ella queda demostrada la existencia de los átomos y se descarta una concepción continua de la materia.

Podemos empezar a explicar como sucedió a partir de solo unos pocos años antes de que Dalton diera a luz a su teoría, cuando Lavoisier formula la ley de la conservación de la masa al observar experimentalmente que cuando tiene lugar una reacción química, la cantidad de masa es la misma antes que después de que ésta tenga lugar. Así, una reacción química es por tanto un cambio cualitativo de las sustancias pero no un cambio cuantitativo.

El modo de trabajar de Lavoisier de observar las cantidades de masa de las sustancias en las reacciones químicas se extendió entre otros químicos. De esta forma, Proust observó que cuando dos o más elementos químicos se combinan para formar un determinado compuesto, lo hacen según una relación constante entre las masas, lo cual constituye el enunciado principal de su ley de las proporciones definidas.

Esta ley viene a decir que las reacciones químicas no son como cocinar. Cuando se cocina por ejemplo una paella, se introducen distintas cantidades de los ingredientes necesarios y el resultado obtenido va a ser siempre la paella, más buena o menos buena, independientemente de que nos hayamos pasado de echar arroz o nos hallamos quedado cortos de agua.

Sin embargo, en una reacción química como puede ser la del hidrógeno con oxígeno para dar agua, las cantidades de H2 y O2 que reaccionan siempre están en la proporción de 1 a 8. Por ejemplo, 1 g de H2 reacciona con 8 g exactos de O2. Si hicieramos reaccionar 1 g de H2 con 10 g de O2, entonces después de la reacción en la que se formaría agua, observaríamos también que permanecen 2 g de O2 que han quedado sin reaccionar. Semejante precisión hace pensar en partículas pequeñas que se combinan cuando tiene lugar la reacción.

Por lo tanto esto a Dalton ya le debió de hacer sospechar. El hecho de que se produjesen las reacciones con una exactitud tan precisa en las proporciones de las masas de los reactivos le alejaba de la concepción continua de la materia y lo aproximaba a una hipótesis atómica.

Dalton, continuando el trabajo de Proust, estudió reacciones en las que dos elementos que reaccionan no dan siempre el mismo compuesto sino que pueden dar dos compuestos diferentes dependiendo de las condiciones en las que se produzca la reacción (por ejemplo el nitrógeno (N) con el oxígeno (O) pueden dan lugar a diferentes compuestos N2O, NO, NO2); en estas reacciones observó que las cantidades de un mismo elemento que se combinan con una cantidad fija de otro para formar varios compuestos, están en una relación de números enteros sencillos, quiere decir, que si fijamos una cantidad de nitrógeno y la hacemos reaccionar con tres cantidades distintas de oxigeno de forma que se formen en cada caso  un compuesto diferente, N2O, NO, NO2, observamos que la relación entre las cantidades de oxigeno que han reaccionado es siempre de números enteros, soncantidades proporcionales entre sí: cuando se forma el NO ha reaccionado el doble de cantidad de O que cuando se forma N2O, y cuando se forma NO2, el doble de la cantidad de O que cuando se ha formado NO.

Esta observación constituye lo que se conoce como la ley de las proporciones múltiples y supuso para Dalton la ratificación definitiva de su hipótesis atómica. La observación de Lavoisier, la de Proust y la de él mismo solo podían ser explicadas si la materia está constituida por partículas individuales, átomos, que se puedan combinar entre sí en las reacciones químicas.

Y entonces formuló su teoría atómica que eran en realidad cuatro postulados:

átomos1.-Los elementos están constituidos por átomos consistentes en partículas materiales separadas e indestructibles.

2.-Los átomos de un mismo elemento son iguales en masa y en todas las demás cualidades.

3.-Los átomos de los distintos elementos tienen diferentes masa y propiedades. Los compuestos se forman por la unión de átomos de los correspondientes elementos en una relación numérica sencilla.

4.-Los «átomos» de un determinado compuesto son a su vez idénticos en masa y en todas sus otras propiedades.

Esta teoría, como les pasa a la mayor parte de las teorías científicas, porta una paradoja y es que la mayor parte de lo que dice se ha demostrado que no es verdad (los átomos son divisibles en las partículas subatómicas: electrones, protones,…; los átomos de un mismo elemento pueden pesar distinto puesto que los isótopos son átomos de un mismo elemento con diferente número de partúclas en el núcleo y por lo tanto con diferente peso) y a pesar de tanto error, su importancia sigue siendo la misma porque supone la primera demostración científica de que la materia no es continua sino constituida por átomos.





¿en furor va a dar la tristeza de los pobres del mundo?

30 11 2007

No me gustan los premios Cervantes, pero me gusta Juan Gelman. Poeta argentino. Vivió exiliado durante 12 años por causa de la dictadura en su país y por su compromiso social y político. Esa dictadura le quitó a su hijo y a su nuera que estaba embaraza, los cuales pasaron a formar parte de la larga lista de desaparecidos de la dictadura argentina.

Este poema suyo es uno de los que más me gustó.

CAMBIOS

“no olviden los orgullosos/que cuando a la tumba vayan/ allí

lo mismo se rayan/ humildes y poderosos”

pero nosotros no solamente queremos la igualdad en la

muerte

también queremos la igualdad en la vida

queremos la justicia en vida

 

¿por qué está triste ese peón de ferrocarril en la mañana

Apoyado contra la verja de la estación?

¿por qué se le perdía la mirada sin ver a nadie de los que

            pasaban junto a él?

¿por qué está triste ese hombre?

 

¿por qué hay tantos hombres y mujeres tristes en el

país?

¿por qué a cierta hora del día parece que un oleaje de tristeza

            fuera a arrasar la ciudad?

¿por qué sale por sus ojos así  o saca por sus ojos

tristeza?

¿por qué esa tristeza golpea de noche las ventanas?

 

estas reflexiones suben en mí

metido en la itera alta de la celda 4 en el pabellón de castigo

            de la cárcel Villa Devoto

eugenio abajo oye su radio a transistores

un rayo de sol pasea lento por la celda

 

¿por qué se pasea un rayo de sol por acá?

eugenio quedó encorvado por las torturas pero no sacaron

            una sola palabra de él

eugenio es un obrero tierno delicado

no le sacaron una sola palabra

 

la mujer de eugenio a veces lora sin saber por qué

interminablemente sin saber por qué llora y deja la casa una

            semana o dos

lo deja a eugenio una semana o dos

un rayo de sol pasea por la celda ahora

 

¿y yo? ¿por qué estoy oyendo crepitar la tristeza de eugenio

si sé que hay pocos tan puros como él?

¿entonces su pureza no lo defiende del dolor?

¿a veces se le pierde la mirada sin ver a nadie de los que

pasan junto a él entonces?

 

en las celdas de enfrente

los comunes no tienen litera ni colchón

a medianoche les dan un colchón para dormir

tienen que ir a buscarlo desnudos

 

los guardiacárceles obligan a los comunes desnudos a correr

tirarse al suelo arrastrarse para buscar el colchón

el invierno no puede calentar las baldosas heladas del

pabellón de castigo

eugenio se encorva más todavía cuando el jadeo de los

comunes choca contra la puerta de la celda 4

 

¿esos ruidos tapan las crepitaciones de la tristeza de eugenio?

¿eugenio crepita de furor ahora?

¿la tristeza se congela en pajaritos que arden de furor?

¿en furor va a dar la tristeza de los pobres del mundo?

 

¿la tristeza de ese peón de ferrocarril dará en furor?

¿un oleaje de furor arrasará la ciudad?

¿arrasará las literas del pabellón de castigo de la cárcel de

            Villa Devoto?

¿arderán las baldosas heladas del pabellón y los comunes y

            nosotros?

 

nosotros no solamente queremos la igualdad en la muerte

también queremos la igualdad en la vida

queremos la justicia en la vida

aunque sea corta y larga la muerte





Heterogeneidad de los movimientos insurgentes contra la acumulación por desposesión

27 11 2007

-la lucha del pueblo ogoni contra la degradación de sus tierras por la Shell Oil

-las movilizaciones contra la construcción de presas en la India y en América Latina respaldada por el Banco Mundial

-los movimientos campesinos contra la biopiratería

-la brega contra los alimentos genéticamente modificados y por la preservación de los modos de producción locales

-los intentos de salvaguardar las reservas forestales para las poblaciones indígenas frente a las actividades de compañías madereras

-las batallas políticas contra la privatización

-los movimientos por los derechos laborales o de las mujeres en los países subdesarrollados

-las campañas para proteger la biodiversidad y evitar la destrucción del hábitat

-las movilizaciones campesinas por el acceso a la tierra

-las protestas contra la construcción de autopistas y carreteras

-las miles de manifestaciones contra los programas de austeridad impuestos por el FMI





estreno

25 11 2007

Hoy domingo, estreno esta simulación de panel de control.

No sé muy bien lo que esto va a ser además de otro experimento, de momento, pagina de incio, elimino marcadores, con lo cual espero que la página se cargue antes y trabajaré con los enlaces de este blog.